jueves, 31 de diciembre de 2009

· C H A Y A ·


Comienzo a imaginar todo lo que hubiese sido si no hubiera hecho lo que hice, comienzo a pensar en los errores, en los fracasos, en lo que quedo pendiente por hacer. Luego sacudo mi cabeza y pienso en lo bueno; en las victorias, en las situaciones en donde la fuerza apareció desde la debilidad, pienso en lo que se concreto correctamente, en el crecimiento, en la riqueza, en lo inesperado, en las sorpresas, y por ultimo pienso en los milagros. Toda esta película acerca de los últimos por menores de la vida aparece en mi cabeza, y en la vuestra, en un día como hoy.
Invadiendo groseramente esta suerte de recogimiento aparece la otra cara de la moneda, que abalanzándose como un gran tsunami cae sobre nosotros por la noche en la calle, en las discotecas, por televisión, en los patios de las casas, en los livings de los departamentos, debajo de los puentes, el frenesí que nos empuja a todos a converger unidos por la misma premisa: la esperanza de un futuro mejor.
El éxtasis de despedir y recibir algo en un mismo movimiento, en la secuencia de un abrazo, la artificialidad de un rito que consiste en recordar que desde aquí, a partir de las doce de la noche, somos nuevos, la transmutación de nuestros órganos vitales, nuestra mente y nuestro espíritu.
La Alquimia de los nuevos tiempos que acompañada de cumbias, de la chaya, de la efervescencia de personas pobres que adolecen de festividad, de una alegria original. Y de promesas de politicos corruptos que afirmandose de un discurso Light embaucan a la población, a esa misma población que se agolpa a los pies de la torre ENTEL esperando, inocentemente, el milagro. Esperando a un Godot que nunca llega, un cambio que nunca llega.
Que es el año nuevo sino un mero tramite mas, una nueva oportunidad de consumir mas pero con mas aglomeración. Los tacos en las carreteras, las filas en las discotecas para comprar un trago, las peleas en la calle,delincuencia, prostitucion, abandonos, atropellos, venganzas, engaños, infidelidades, todo mas de lo mismo.
Pero ojo, esta no es una invitación al ascetismo, ¡para nada!. Yo voy a ser uno mas a los pies de la torre ENTEL. Ese va a ser mi arcoiris y yo voy a bailar sobre mi ruina.
La invitación aquí es a disfrutar pero sin alienarse, abramos los ojos de una vez y no esperemos que los años nuevos traigan por si solos buenas nuevas, el futuro nosotros lo construimos, por lo tanto aun no esta construido. El mundo es como es porque nosotros somos como somos, en la medida que nosotros cambiemos, todo cambiará.
Esta noche en medio del baile y la parranda, o mientras cenas con tu familia, o estas en tu iglesia rezando, o solo tirado en tu cama mirando como se cae el techo, recuerda, nosotros construimos nuestras vidas, No los politicos, no este sistema comercial, no la televisión y su farandula, el poder es nuestro y esta en nuestra conciencia.
Nuestra libertad es nuestra conciencia.


FELIZ AÑO NUEVO LIBRE DE YUGOS, TABUES Y ESTUPIDEZ.

sábado, 26 de diciembre de 2009

2010: El cambio nunca viene


Hoy por hoy la vida es una carrera asfixiante por alcanzar aquel sitial anhelado, que conlleva prestigio, tranquilidad, y armonía. Pero que no habla de un sentido.
La mecánica de nuestra sociedad expresa una ansiedad acerca del futuro, y el medio mas utilizado para poder calmar este malestar es asegurando de alguna manera el bienestar económico.
El dinero es la primera razón que nos impulsa, que nos mueve y que modifica nuestra conducta, nuestros intereses y proyecciones. Sin el, no podemos comprar, no podemos trasladarnos, no podemos relacionarnos con un otro, no podemos alimentarnos, abrigarnos, etc. Sin poder adquisitivo no figuramos.
Que el aspecto monetario haya tomado ribetes tan fundamentales en la vida de cualquier hombre, de a poco, y gracias a las distintas técnicas en cuanto al trato de la economía, ha hecho que las personas, adquieran rápidamente costumbres de consumo. Necesidad imperiosa de adquirir, de poseer lo que se desea, al cualquier precio.
Ese rasgo consumista, se apropia de la invasión informática, la cantidad de información cada vez es mayor y la vida entonces de a poco pareciera ser mas y mas llevadera.
Cuando personas comunes y corrientes hacen de las herramientas modernas los que les place comienza a generarse un abuso y una degeneración. Se pervierte la utilidad de la herramienta pues el acceso a ella se hace demasiado sencillo.
El hombre de hoy, traicionado por su ansia y desesperado por adquirir, hace de la modernidad un malo uso, se comienza a utilizar el internet para crear estafas, redes de pedofilia, sexo cibernético, robos, etc. Se comienza a abusar de los créditos y prestamos, el dinero como llega se va y la gente consume en cosas que no son realmente necesarias para vivir.
Por otro lado esta el sistema, que aprovechándose del estado clorofórmico en el que entra la gran mayoría de las personas, llena las calles de publicidad vendiendo así una imagen ideal, un cuerpo perfecto, la casa soñada, el estado financiero anhelado, etc. La televisión bombardea constantemente mostrando lo que deberíamos de tener. La gente consigue empleos que odia para pagar productos que no necesita. Finalmente lo que tienen acaba poseyéndoles.
Ante este escenario, en donde estamos como animales amaestrados por algún ente soberano, que nos mantiene contentos y enceguecidos por banalidades para no pronunciarnos ni advertir lo importante, aceptamos los abusos y permitimos, sin quererlo, que exista un alguien que nos tiene siempre la bota encima.
El cuerpo como bien dice Le Breton “se ha convertido en un accesorio de la presencia.” Es una imagen, una postal, y en el mejor delos casos, un medio.
Actualmente el cuerpo está pre-concebido, nadie se pregunta que es esto de tener un cuerpo, en que consiste, que significa, solo existe. En la vorágine social no hay margen para cuestionar ni reflexionar acerca de nuestro ser, de la modificación constante que sufre nuestro sistema biológico, de la cantidad de posibilidades que entrega nuestro cuerpo, etc. Sobretodo desde que somos obligados a creer en un ideal de belleza occidentalizada. El fundamento estético empuja a la necesidad de taparnos, esconder nuestros “defectos”, sentirnos desconformes, incompletos, feos y torpes por estar tan lejos de esa belleza que llena las portadas de revistas y los programas de televisión.
El hombre actual le teme al rechazo, existe una inseguridad por sentirse desplazado, ignorado, para poder obtener seguridad necesita crear nexos con el modelo de hombre ideal, con una buena billetera, un físico de deportista y una sonrisa perfecta.
En general no existe roce, respeto ni cordialidad, todo es efectista, es ahora. Las relaciones humanas son mínimas. La sensación de aburrimiento, de somnolencia y cansancio reducen a cero las posibilidades de un cambio y como el aire esta viciado por esta cedena de roles inevitables el tiempo se divide en trabajo, estudio, y descanso, la necesidad es producir.
El cuerpo hoy es solo un medio para conseguir una vida exitosa, pero no es la razón del éxito. La felicidad no pasa por la salud sino por las apariencias, El cuerpo es el pretexto.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La insatisfacción física: Resultado de la perdida de sentido



Resulta pertinente analizar hoy, que estamos tan cerca de la celebracion de la navidad, la desvaloración a la que se ha visto sometido el cuerpo, como elemento concreto, elemento conceptual y palabra.
Hoy por hoy existe una exageración de lo que podría entenderse como el efecto “asiento”: ¿Que es un asiento si no en donde uno reposa, descansa y abandona el cuerpo, entregándose a un cierto placer de quietud? Esta quietud tiene que ver con entregar, en un determinado lapso de tiempo, el peso a este elemento (asiento) que nos soporta. Esta acción de “sentarse”, en si misma, es positiva pues le entrega al cuerpo la oportunidad de descansar. El problema radica en la perversión de esta acción, que al existir de manera extremada, provoca un abuso, en la medida en que el cuerpo comienza a estar mas tiempo descansando que en actividad.
El hecho de permanecer más tiempo descansado, nos habla de un patrón de conducta mórbido, aletargado, cómodo y pobre en recursos. Esta forma muestra la actitud del cuerpo en la contemporaneidad. Un cuerpo que es maleable a los puntales de esta civilización, representados por la informática, el mass media, la nanotecnología, la comida rápida, las tarjetas de crédito, etc. Este cuerpo no posee la capacidad de sobre vivencia, pues es un cuerpo mimado, chato en posibilidades. Que dejándose seducir por la facilidad aparente de esta forma de vida, va perdiendo paulatinamente sus capacidades naturales como; la flexibilidad, la resistencia, la fuerza, la correcta hidratación, la inteligencia, etc.
Un cuerpo como este, es dependiente de elementos externos que le ayudan a “vivir”, como la maquina trotadora, la computadora, el celular, la televisión, la tarjeta de crédito, entre otros.
En la actualidad, la gran mayoría de las personas tienen este modelo de vida, entienden su cuerpo como una prisión no escogida que durante la vida se tiene la oportunidad de moldear, todo visto desde afuera, en donde la imagen ocupa un valor preponderante en cuanto a las emociones y percepciones del sujeto que se encuentra preso a su cuerpo.
Existe esta dicotomía persona-cuerpo, en donde se libra una lucha que generalmente dura toda la vida, por ver quien se impone a quien. Generalmente es el cuerpo quien vence; Pues en nuestra sociedad actual, la imagen que se proyecta del cuerpo y la opinión que esta genera en los otros iguales, es mas importante y trascendente que el como sea y se comporte el sujeto que vive dentro del cuerpo, o escondido detrás de su cuerpo. (Entendiendo como sujeto a un alguien con inteligencia, con valores morales y éticos y una determinada conducta que depende de lo anterior). Como la apariencia del cuerpo es de vital importancia, se descuida todo lo demás que encierra un cuerpo, pues un cuerpo es un organismo en donde las partes convergen con un objetivo común. Funcionar. Esto quiere decir que esa dualidad existente en la mayoría de las personas, que habla de un cuerpo separado del sujeto, es un estado errado, pues para que una persona sea plena, debe sentir el equilibrio entre el estado interno y el externo. Un nivel de gravidez que produzca la salud del cuerpo. Que pasa esencialmente por la salud de la mente.

Como existe este mal entendido del cuerpo y por ende una depravación de la imagen de este, se crea una necesidad de alterar el orden natural de la vida, netamente en cuanto a la apariencia física. El humano trata en lo posible de huir de su destino físico, la vejez.
Entre tanto que pueda va a recurrir a medios que la civilización le entregue, para alterar su carrera orgánica y cambiar su apariencia. No solo por el mero hecho de lucir mas joven, sino porque se entiende que la apariencia de un “viejo” habla de un cuerpo gastado, en desuso, no apto para relacionarse ni valerse por si mismo, un cuerpo desarraigado y sin objetivos. La vejez entonces viene a ser ese destino evitable, porque en los otros existe y se entiende esta convención: El envejecimiento es la edad de la soledad y el estorbo.

La vejez es solo un ejemplo de la importancia de la imagen del cuerpo en nuestra época, y de cómo esa imagen cobra vida en la opinión de otro. Es la convención que le damos a la Imagen del cuerpo el problema, pues gracias a esta forma de comprender el cuerpo nace la presión por mejorarlo y por ende la disconformidad venidera. Pues a pesar de buscar por todos los medios evitar la muerte física, esta viene imprevista e inevitablemente.
La pregunta es si tanto afán por controlar el paso del tiempo por nosotros y la imagen que vamos entregando a medida que ese tiempo nos invade, hace que realmente podamos estar siquiera cerca de una plenitud. O si en cambio, cediéramos un poco en este ámbito y reforzáramos los lazos de solidaridad independientes de la etnia o el color de nuestra piel, creencia o ideal. Talvez de este modo podríamos sin buscarlo tan evidentemente, encontrar la plenitud física, pero esta vez, desde dentro hacia fuera.